Monday, October 20, 2008

¿Novus Ordo Seclorum?

El panorama no podría ser más incierto: la peor crisis económica del sistema capitalista se desenvuelve ante nuestros ojos. Los más caros tótems del liberalismo económico y sus paladines se baten en escandalosas e inmorales retiradas. El gobierno de los Estados Unidos socializa los fracasos y pérdidas de los “Amos del Universo”, mientras que sus ganancias seguirán siendo privadas. ¿Acaso no es esa la principal bondad del capitalismo?

Sus principales defensores han difundido y desarrollado grandes argumentos en contra de la acción estatal expansiva. El gobierno es un pésimo administrador, sus incentivos son perversos y su acción ineficiente, no se cansaban de repetir. El mercado por su parte, logra un equilibrio óptimo si se le deja sólo, esto por medio de la asombrosa “Mano Invisible”, imagen simbólica por demás tranquilizadora. El Estado debe ser mero espectador, un simple mecanismo de regulación y disciplina.

Sin embargo hemos visto, no sin estupor, que los más acérrimos enemigos de la intervención estatal ahora se arrodillan ante los Estados clamando por que los salven de su propio brutalismo económico; que incluso ha llegado al canibalismo. Los tremendísimos titiriteros de Wall Street llegaron a la más alta cúspide del poder económico de la historia de la humanidad, sus hordas de apostadores se embriagaron con el aire enrarecido propio de las alturas y así en medio del vértigo, que es la insistencia universal de Kepler que actúa implacablemente sobre los hombres, que es la máxima newtoniana en su más trágica y heroica forma, que les susurra al oído: ¡has llegado hasta aquí sólo para caer, la belleza de la cumbre es su fatuidad, esta escrito, es tu deber lanzarte hacia el abismo!.

La voluptuosidad de esta caída no hace más que recordarme la metáfora de la pirámide mesoamericana. Los dioses viven en el habitáculo de su cumbre, que es un lugar atemporal, los hombres sólo llegan a él mediante estados alterados de la conciencia, únicamente para despeñarse descorazonados y desmembrados, mientras sus energumenas deidades se revuelcan orgiásticamente en sus despojos.

Los espantosos ataques de septiembre de 2001, fueron el más grande augurio de esta caída. Los grandes imperios descansan sobre frenéticas ideas, todo su poder seductor se manifiesta y consolida en sus símbolos. Lo más peligroso para un imperio es permitir la transgresión de estos. Las torres gemelas, obeliscos modernos, donde se contaba abstractamente la grandiosa historia del imperio económico y militar más demoledor y horripilante de la historia, sucumbieron ante la irresistible seducción del vértigo. Su delirante y estrepitoso derrumbe quedó grabado como un nuevo símbolo antitético en el imaginario colectivo globalizado. La primera y horrorosa estrofa del réquiem de las “Barras y las Estrellas”.

Ningún imperio se consolidó de una forma tan espectacular y rápida, la audacia y malicia de los herederos de Jefferson y Washington hizo palidecer en muchas ocasiones a las epopeyas de césares y faraones. Sus obras de ingeniería civil, arrogantes y orgullosas, violan los cielos, los mares y los desiertos. De una forma muy poética esta misma vorágine ardiente que los hizo despegar hacía la conquista de la luna, se los traga como ese enero del 86 una nube de fuego calcinó al desafiante “Challenger” en una metáfora más de una caída anunciada. El gran Júpiter los abandona, sin embargo, no sin manifestarlo.

El dólar y su imperio se desploman y con ellos su grandioso y triunfalista simbolismo ¿Será este el fin del orden de los siglos? ¿Por qué Dios ha dejado de favorecer sus temerarias empresas? ¿Será está la última y traidora manifestación del destino?

¿Adversus Coeptis? ¿Antiquus Ordo Seclorum? In god we trust…but, Does he trust us back anymore?

3 comments:

Anonymous said...

Me parece una forma muy poética de hablar de la crisis financiera de hoy... pero económicamente no creo que esté muy correcto lo que has escrito. La crisis que vive EU no fue un error de mercado y del "maravilloso" sistema capitalista sino decisiones de las empresas mal tomadas que llevaron al derrumbe de éstas y de la economía americana con ellas. Además, ¿es cierto que el dólar y su imperio se desploman? yo no estaría tan segura... Saludos!!!

Rubén Fernández said...
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Rubén Fernández said...

Hola Coral,

Me da gusto que alguien me lea. Pues tienes razón, la crisis es el resultado de "malas decisiones", tanto en el sentido de equivocaciones como en el sentido moral. Es en esta dirección mi crítica de lazzes fer, lazzes passer. La falta de regulación y atención de los mercados financieros internacionales permitió que los bancos de inversión de los EEUU se endeudaran hasta 80 veces el valor de sus activos, en un gesto de suma arrogancia e irresponsabilidad. Es aquí donde la ideología liberal falla, la mano invisible no garantiza que los incentivos sean los correctos. En cuanto al dólar, creo que hay dos ópticas: aquella de los países en desarrollo como México, cuya posición ante el dólar es sumamente específica, y aquella del G8 para la cual el dólar empieza a ser débil y eventualmente secundario. Todo esto enmarcado en los ataques simbólicos y reales que el imperio americano ha recibido en los últimos años.

En cuanto al estilo, pués es un tanto más literario que económico, se que es un poco raro para los economistas, pero estoy explorando mis posibilidades por ahí. Gracias por tu comentario