Thursday, November 27, 2008

De Juan Buenamigo o con la Mierda Hasta el Cuello

John Gutfreund, en español Juan Buenamigo. Es un hombre que en más de un sentido está profundamente ligado a la gran crisis económica que viviremos en el mundo, si tenemos suerte, durante los próximos 18 meses.

John estudió literatura americana, y en 1978 se convirtió en el C.E.O de un banco de inversiones fundado en 1910. El nombre de este banco era Salomon Brothers. Buenamigo pronto comenzó a ganar notoriedad el mundo de Wall Street por sus innovadoras ideas. Entre ellas los instrumentos hipotecarios.

En términos generales estos instrumentos financieros basan sus flujos de efectivo en un conjunto de préstamos hipotecarios que tienen pagos mensuales cuyo monto no es conocido de antemano por los inversionistas, hecho que hace de estos instrumentos algo muy riesgoso. Mantengamos en mente esta simple explicación ya que es básica para comprender todo lo que siguió.

Salomon Brothers fue la primera compañía de Wall Street que migró de ser una sociedad privada a una corporación pública. Es decir que fue la primera gran compañía que atomizó su propiedad en acciones que podían ser compradas por cualquier persona en el piso de remates. Esto cimbró a Wall Street en 1986. El autor intelectual: Jonh Gutfruend o como lo llamó Bussines Week en 1985 ; “El rey de Wall Street”. Juan Buenamigo se convirtió en el ícono del Wall Street de los años del exceso, los años ochenta han sido la época más desenfrenada en la historia del Capitalismo.

Años después Michael Lewis, un hombre que había trabajado para él, escribió un libro que causó gran revuelo, el nombre del libro: El póker del mentiroso. En él se ponía en evidencia la voluptuosa inmoralidad de Wall Street y sobre todo de Gutfreund. El libro tuvo tanto impacto que Buenamigo le dijo una vez a Lewis: “Tu puto libro destruyó mi carrera y construyó la tuya”.

Hoy Lewis piensa que la semilla del mal puede ser encontrada en la gran jugada del señor Buenamigo. En un artículo reciente lo pone en estos términos:

“Desde ese momento (el día en que Salomon Brothers se convirtió en una corporación pública), las firmas de Wall Street se convirtieron en cajas negras. Los accionistas que financiaban el riesgo no entendían realmente que era lo que hacían los tomadores de riesgo, y conforme esto se iba haciendo más complejo, su entendimiento decrecía. En el momento en que Salomon Brothers demostró las ganancias potenciales de convertir a un banco de inversión en una corporación pública, los fundamentos sicológicos de Wall Street mutaron de la confianza hacia la fe ciega”

Yo añadiría que, desde ese momento el “Capitalismo Popular” de Thatcher y Reagan tomó forma real y consecuentemente, los reyes de Wall Street se tornaron en los “Amos del Universo”. Un universo desregulado cuya única norma era la devoción hacia el libre mercado y sus gurús.


Gutfreund al ser cuestionado por Lewis acerca del momento en que esto tomó este camino tan obscuro contestó: “¿Cuando se puso feo?, eso es problema de los accionistas... aunque el laissez fer existe hasta que estas muy profundo en la mierda”. Cuya traducción es: pues si las cosas se ponen mal los accionistas pierden y si se ponen muy mal serán los contribuyentes, a los “Amos del Universo” no nos importa mucho.

Así de tanto jugar el juego y repetir sus slogans los ejecutivos de las instituciones financieras cayeron en el autoengaño. En palabras de Joseph Stiglitz los banqueros y las agencias calificadoras empezaron a creer en la alquimia financiera. Creyeron que sus innovaciones financieras podían convertir malas hipotecas en instrumentos dignos de una calificación de AAA.

Sin embargo lo que parece es que estaban jugando a la opacidad. Sus cada vez más intrincados y sofisticados instrumentos se volvieron tan difíciles de entender que nadie se tomaba el tiempo para descifrarlos. Por un tiempo lograron mantener en la penumbra que aunque las calificadoras y sus inteligentísimos niños de IVY League hablaban y pensaban muy complicadamente, los paquetes de hipotecas sub-prime seguían estando llenos de basura inmobiliaria que le ofrecían a los fondos de pensión.

Hoy los instrumentos hipotecarios sub-prime se derrumbaron, Salomon Brothers es parte de Citi que cae de rodillas ante la FED, los “Amos del Universo” reciben su bonos, los bancos centrales del mundo enfrentan crisis cambiarias, las empresas bursátiles se tambalean, Ford y GM ruegan por ser rescatadas, los pensionados están en la quiebra y miles de familias en la calle, en resumen ,parafraseando a Margaret Thatcher, “las políticas de las que fuimos pioneros, fueron adoptadas en país tras país... desde Francia hasta las Filipinas, desde Jamaica hasta Japón, desde Malasia hasta México, desde Sri Lanka hasta Singapur, la recesión está en movimiento”.

Monday, November 24, 2008

Citigroup: Entre lo público y lo privado

En 1994 William Clinton pidió al congreso estadounidense un paquete de ayuda para el vecino país del sur, dicho paquete era de 20 mil millones de dólares. Hoy la FED presenta un paquete de rescate para Citigroup.
Citigroup es el banco más grande de los Estados Unidos y su quiebra tendría consecuencias mundiales. Se ha anunciado que el paquete será de 27 mil millones de dólares al 8% que se sumarán a los 25 mil que la FED le prestó a una tasa de interés de 5% en el mes pasado. Esto para garantizar 300 mil millones de activos riesgosos en posesión del grupo.
Es decir que el rescate de Citigroup ha costado a la FED cincuenta y dos mil millones de dólares o sea 2.6 veces más que lo que costó el rescate mexicano. Sin embargo lo más sorprendente es que no habrá ningún cambio en la alta dirección del grupo y tampoco habrá limitaciones importantes a las compesaciones de sus altos ejecutivos.
Para algunos economistas como Paul Krugman, premio nobel de economía de este año, este rescate era necesario pero miserable e inadecuado. Para Robert Reich este paquete es un excelente trato para Citi pero uno particularmente malo para los contribuyentes norteamericanos. James Kwak piensa que este rescate es débil, arbitrario e incomprensible. John Jansen profetiza: el mercado buscará a otra víctima y le persegirá sin descanso.
El tamaño e importancia que instituciones como esta tienen en el sistema financiero mundial es, en el mejor de los casos, preocupante. El hecho de que la quiebra de un puñado de instituciones financieras ponga al mundo de rodillas merece toda la atención de expertos e inexpertos. La discusión pública de estos temas es responsabilidad de todos porque a todos interesa.
Este tema pone en la mesa muchas preguntas muy pertinentes, en mi opinión:
¿Debe el mundo depender tan importantemente de un puñado de instituciones financieras sin que estas estén sujetas al escrutinio y hasta cierto punto el control público?
¿Cuál es la correlación existente entre la estructura oligopólica de los mercados financieros mundiales y el nivel de riesgo de la aparición cracks financieros?
¿Por qué no habrían de rendir cuentas al público aquellos hombres y mujeres que tienen el poder de hacer tambalear a la economía mundial como lo han hecho en multiples ocasiones personas como George Soros, Warren Bufet, Carlos Slim y otros especuladores?
¿En que punto lo privado se vuelve de importancia pública? ¿En que punto se encuentran los límites sanos y eficientes entre el mercado y la acción estatal?
¿Cuál es la diferencia en términos económicos y sociales entre los costos derivados del populismo y el proteccionismo y aquellos causados por el libre mercado y el adelgazamiento del estado? ¿Existe una diferencia real?
¿Cuál es la diferencia para la gente común entre los regímenes demagógos, populistas y autoritarios de Hugo Chávez o Fidel Castro y aquellos donde los poderosos tienen como chivo expiatorio al mercado y sus vaivenes, donde se destruye el patrimonio mediante el saqueo y la irresponsabilidad corporativa?
Estos tiempos de crisis generan grandes preguntas que no deben ser olvidadas. Las crisis son momentos que pueden derivar en grandiosas ideas, pero también pueden ser la puerta hacia el caos generalizado. Quienes creen que estas preguntas tienen respuestas absolutas y sobre todo dogmáticas se equivoca con toda seguridad. Habrá que deshacernos de nuestros prejuicios a la hora de discutirlas.
¿Que es lo que tu crees?

Thursday, November 13, 2008

Resurrección de Largo Plazo

En 1979 inició la última batalla entre los dos sistemas económicos, sociales y políticos que mantenían al mundo en gélida tensión nuclear. Margaret Thatcher y Ronald Reagan a la cabeza del “mundo libre” llevaron al bloque capitalista hacia la aventura en favor del mercado más grande de todos los tiempos. La “Dama de Hierro” incluso la bautizo como la “cruzada del capitalismo popular”.

En tono triunfalista, su tono habitual, proclamaba que “las políticas de las que hemos sido pioneros, están siendo adoptadas en país tras país... desde Francia hasta las Filipinas, desde Jamaica hasta Japón, desde Malasia hasta México, desde Sri Lanka hasta Singapur, la privatización está en movimiento”

La idea de los políticos conservadores occidentales era la de hacer posible que cada hogar, cada individuo tuviera acceso a la propiedad y sobre todo a los mercados financieros. Todos podemos ser accionistas, todos podemos ser propietarios, pero para ello debemos replegar las fronteras del Estado, repetían una y otra vez Lady Thatcher y Ronald Reagan.

Su gran carisma y fuerza de voluntad lograron convencer a una generación, que se enlistó en las filas de la gran cruzada por el libre mercado. Con fervor casi religioso pontificaban las ideas de Milton Friedman acerca de las grandísimas bondades de la generosa “mano invisible”.

Todo lo anterior enmarcado y azuzado por la “amenaza comunista”. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética comenzó un periodo de agresiva expansión y crecimiento hacía el corazón de Europa, para los años setentas casi la totalidad del este europeo estaba bajo influjo soviético, además de que contaba con aliados tan importantes y estratégicos como China y Cuba. Este expansionismo se vio acompañado de fortísimos despliegues militares por parte de los soviéticos como de los países del Breton Woods.

No obstante, la Unión Soviética mostraba ciertos signos de debilitamiento que los líderes occidentales no dudaron en aprovechar. La aparente debilidad del régimen comunista y el éxito relativo de las políticas económicas llevadas a cabo en occidente dieron brios nuevos a esta rivalidad, que Thatcher y Reagan llevaron hasta sus últimas consecuencias.

Esta presión económica, ideológica, política y social, tanto interna como externa, logró que llegara a la cabeza del politburó un político reformista en el año de 1985, su nombre Mikhail Gorbachev. Su advenimiento fue rápidamente bendecido por la “Dama de Hierro”, en una entrevista con los medios expresó: “Me agrada, tengo la impresión de que podemos hacer negocios juntos”. Juan Pablo II por su parte expresaba: “Es un buen hombre (Gorbachev), pero el comunismo es irreformable”.

Así fue, para 1989, diez años después de que el “mundo libre” empezará su cruzada por el capitalismo popular, la “Cortina de Hierro” se tambaleaba, el muro de Berlín era tumbado por hordas de alemanes, tanto del este como del oeste, augurando así la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que sobrevendría en diciembre de 1991.

El capitalismo, sus instituciones y sus países promotores, conquistaban la supremacía mundial proclamando el inicio de una era de prosperidad sin precedentes. El contundente fracaso del comunismo y la estela de muerte, destrucción, pobreza, resentimiento y corrupción que dejaba detrás suyo, parecían confirmarlo. Por primera vez, desde 1917, parecían no existir amenazas para la ideología del laissez faire, laissez passer.

A partir de ese momento las palabras de la Primer Ministro del Reino Unido resonaron con la fuerza y claridad que la Historia les confirió en los hechos: La privatización no sólo estaba en movimiento, ahora estaba corriendo. Las instituciones del Breton Woods se aprestaron a la conversión de los países más atractivos del Pacto de Varsovia a la ideología liberal y a reafirmar su dominio en el resto del mundo. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, mandaban misiones a cada país del globo a dar préstamos e implementar medidas económicas tendientes a la liberalización, la privatización y la disminución del Estado.

De esta manera, irónicamente, al perder a su rival más fuerte y encarnizado, el capitalismo se traicionó a sí mismo. Pasó de estar en un mundo relativamente competitivo, a uno donde el monopolio de una forma de ver y organizar el mundo primó sobre todas las demás. Es así que de la manera en que la teoría de la libre competencia lo proclama, el monopolista cayó en el saqueo y la autocomplacencia. Veinte años después de la caída del muro de Berlín, el capitalismo popular se volvió contra el pueblo y se lo está tragando.

Asimismo, con suprema ironía, no pocas veces presente en la Historia, la demolición de un inmueble augura la caída de un sistema. La caída de las Torres Gemelas cimbró a la calle Del Muro (Wall Street, en español), siete años después ese muro también cayó. La escandalosa caída del mercado financiero americano ha puesto en evidencia que el mercado y el Estado viven en simbiosis. En un periodo de tiempo asombrosamente corto, la Historia nos demostró que ni la sumisión total del mercado al Estado es funcional, como tampoco lo es la alternativa contraria.
Una vez más retumba en el espacio la voz de un hombre muerto, que se retuerce en su tumba, pero esta vez no de rabia, sino de schadenfreude. Su voz resonará en los salones donde este fin de semana se celebrará la reunión del G20 en la que se intentará crear al Breton Woods Reloaded. Al llegar a Washington este 15 de noviembre, los ministros y presidentes de los 20 países más influyentes del mundo escucharan una gran voz en sus cabezas, que entre carcajadas les dirá: "When the facts change, I change my mind. What do you do, sir?".

¡Oh cuanta razón tenías Keynes!

Sunday, November 2, 2008

Aforismo II

Se habrá de llegar a Dios por las matemáticas, ya que son las notas de la armonía del universo.